(ARTIFICIAL INTELLIGENCE WITHIN THE OPERATIONAL FRAMEWORK OF INTELLIGENT CONTRACTS)
Autor: Flores Virgilio1
1Magister Scientiarum en Gerencia de TIC. Superintendente de Aplicaciones. PDVSA – Barinas.
RESUMEN
Para estimar un posible enlazamiento de la Inteligencia Artificial con los Contratos Inteligentes, se hace preciso una revisión detallada de ambas estructuras funcionales, partiendo de autores que muestren en profundidad los diversos esquemas que componen a la Inteligencia Artificial y a los Contratos Inteligentes. Posteriormente se ha de acudir a autores que hallan realizado investigaciones, combinando la Inteligencia Artificial y los Contratos Inteligentes, con el fin de determinar si el enfoque que aquí se aplica es consonó con el objetivo de presentar las ventajas que representa la combinación de la Inteligencia Artificial con los algoritmos que componen la estructura funcional de los Contratos Inteligentes
Palabras Claves: Inteligencia Artificial, Contratos Inteligentes, Algoritmos.
SUMMARY
To estimate a possible link between Artificial Intelligence and Smart Contracts, a detailed review of both functional structures is required, starting from authors who show in depth the various schemes that make up Artificial Intelligence and Smart Contracts. Subsequently, it is necessary to go to authors who have carried out research, combining Artificial Intelligence and Smart Contracts, in order to determine if the approach applied here is consistent with the objective of presenting the advantages represented by the combination of Artificial Intelligence with the algorithms that make up the functional structure of Smart Contracts
Keywords: Artificial Intelligence, Smart Contracts, Algorithms.
INTRODUCCIÓN
El presente ensayo, tiene por objetivo presentar las ventajas que representa la combinación de la Inteligencia Artificial (IA) con los algoritmos que componen la estructura funcional de los Contratos Inteligentes (CI). Para ello se procederá a establecer el esquema de funcionamiento de la IA, a nivel de los algoritmos funcionales donde se aplica, y se comparará con la estructura funcional que compone a los CI, con el fin de establecer una conclusión coherente que permita atender el referido objetivo.
La Inteligencia Artificial dentro del marco operativo de los Contratos Inteligentes.
La Inteligencia Artificial (IA) según Schneider y Gersting (1995), generalmente se define como la capacidad de una computadora para resolver problemas específicos y complejos mediante la implementación de algoritmos que comienzan con la identificación y delimitación del problema, es decir, el reconocimiento de datos, o que describen las características del problema. y los posibles resultados que puede producir el algoritmo. Dentro de este mismo contexto, los mencionados autores establecen que un algoritmo computacional se puede definir como un procedimiento que necesita ser desarrollado para una determinada entrada con el fin de dar una respuesta o realizar una acción. Por lo tanto, si un algoritmo se ve como una o más acciones a realizar, es imperativo que tanto la entrada como la instrucción sean un conjunto bien definido; es decir, los parámetros del algoritmo deben estar predeterminados, los pasos dados deben ser un conjunto finito y no debe haber ambigüedad.
Por tales razones, para Cormen et al. (2009) un algoritmo está relacionado con las máquinas de Turing, según el argumento de Church-Turing de que una función computable, como la ejecución de tareas, puede llamarse una formalización del concepto de algoritmo. De allí que, los autores antes mencionados, señalen que resulta válida la afirmación que establece que un algoritmo es una Máquina de Turing, porque el mismo consiste en una serie de pasos para llegar a un fin deseado, mediante su ejecución por un computador. Siendo este un proceso singular que se basa en la naturaleza determinista de la computadora, para decirle qué hacer, lo que da como resultado un comportamiento único y predecible. Al respecto, la singularidad se refiere a la capacidad de la máquina para hacer solo lo que ha sido predefinido, eliminando por completo las acciones no definidas; mientras que la predecibilidad se refiere a la capacidad de prever el comportamiento o el resultado de cualquier insumo específico o estímulo promocional sin producir un resultado diferente al predicho para el mismo insumo.
A partir de estas premisas, y para efectos del presente ensayo, la IA será redefinida como un conjunto de técnicas desarrolladas para crear algoritmos que se comportan de manera compleja en entornos complejos. Siendo una de sus características disruptivas la predisposición temporal de parámetros, lo que significa que la IA esencialmente no necesita determinar los parámetros exactos que necesita un algoritmo «tradicional» para funcionar, porque su operatividad depende de que sus programas asociados sean capaces de reconocer los tipos de datos y la forma o el formato en que los reciben. Pero, esto no significa que la IA pueda realizar alguna clase de procesamiento sobre cualquier tipo de parámetros ingresado, sino que por el contrario, requiere que los algoritmos usados tengan definido el conjunto de datos que usarán como parámetros, para con cierto grado de libertad poder definir, dentro de un rango relativamente amplio, los datos que serán recibidos.
En relación a este último punto, Legg y Hutter (2018) señalan que una AI, conforme a su desarrollo temporal, puede prescindir o no de ciertos datos al trabajar. Pero, según los mencionados autores, esto no es solamente cuestión de que la AI necesite un mayor o menor número de datos para su funcionamiento, porque en definitiva, es el propio funcionamiento del algoritmo, a través del tiempo, el que será autotransformado con el fin de adaptarlo a su desempeño. Es decir, que mediante su capacidad de realimentación y de adaptabilidad la AI logra que el algoritmo involucrado sea reajustado a nivel de sus parámetro de entrada, con el fin de generar nuevas capacidades funcionales, mediante técnicas de autoprogramación.
Por otra parte, a nivel de tecnologías emergentes, Melich (2017) señala que destaca ampliamente el Contrato Inteligente (CI), al cual, en primera instancia define como un acuerdo pautado entre dos o más entes, dentro de un entorno determinado, para establecer los límites, el alcance, la forma de interacción y la manera de resolver diferencias, en tanto acometen un objetivo común. Sin embargo, Alharby y Aad van (2017) amplían esta definición al señalar que el CI, está en capacidad de fijar su propia ejecución y cumplimiento, de forma automática y autónoma, debido a que está formado por líneas de código informático denominados scripts, que son escritos mediante lenguajes de programación de media y elevada gama, desarrollados para tal fin. Mientras que Mik (2017) complementa lo referido al CI, cuando señala, que el mismo se vuelve altamente seguro al combinarse con la tecnología Blockchain, la cual define como un modelo que entrelaza la criptografía y las redes Peer-to-Peer, con el fin de almacenar todos los procedimientos ejecutados por los scripts que lo componen, en un libro de registros que se halla distribuido en su totalidad entre nodos de la red que le alberga.
En este mismo contexto, y partiendo de las premisas anteriormente descritas, Mason (2017) afirma, que la combinación de la seguridad intrínseca que aporta el CI, con la capacidad de reajuste funcional de scripts que posee la IA, potencia desarrollos computacionales, que con elevada precisión y dentro de un fuerte marco de seguridad, permiten el control y administración de procesos industriales, considerados como medulares, por la empresa en cuestión, debido a los elevados impactos económicos, operativos y estratégicos que representan. Por ello, el mencionado autor estima que toda empresa, que quiera ser competitiva a nivel del sector donde se desenvuelve, debe volcar sus esfuerzos hacia la incorporación de los referidos mecanismos, dentro de su esquema productivo primario.
CONCLUSIONES
Al analizar los planteamientos de los diversos autores, referidos en los párrafos previos, resulta evidente que incorporar la Inteligencia Artificial, al proceso de desarrollo de la tesis denominada acciones evaluadoras de Contratos Inteligentes para la protección de datos desde la perspectiva de la computación cognitiva, redundara en un elevado nivel de plasticidad y eficiencia, que facilitará el cumplimiento del objetivo primario que persigue la investigación. Por tanto se hace preciso el planteamiento de un estudio detallado, que permita vislumbrar el camino adecuado para lograr que la IA complemente las potencialidad de los CI, dentro del proceso productivo medular que lleva adelante PDVSA Barinas.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Alharby, M, & Aad van, M. (2017). Blockchain-Based Smart Contracts: A Systematic Mapping Study. Ebook. Nueva York: Cornell University. https://arxiv.org/abs/1710.06372
Cormen, T. et al. (2009) Introduction to Algorithms, 3.a ed., Massachusetts, Mr. Press.
Legg, S. y Hutter, M. (2018) Formal Definition of Intelligence for Artificial Systems. Suiza, IDSIA.
Mason, J. (2017) Intelligent Contracts and the Construction Industry. Journal of Legal Affairs and Dispute Resolution in Engineering and Construction, n.° 9.
Melich, J. (2017). Doctrina General del Contrato. 5th ed. Caracas: Academia de Ciencias Políticas y Sociales, Centro de Investigaciones Jurídicas.
Mik, E., (2017). Smart Contracts: Terminology, Technical Limitations and Real-World Complexity, Law, Innovation and Technology, n.° 2.
Schneider, M. y Gersting, J. (1995) An Invitation to Computer Science. New York. West Publishing.
Sipser, M. (2006) Introduction to the Theory Computation. 2da Ed. Boston, West Publishing.